Hay alimentos que nada más de pensar en ellos nos provocan felicidad. También hay otros que relacionamos con ciertos sentimientos, como cuando decidimos comer helado porque estamos tristes. La comida de confort es algo que nos parece necesario en muchas situaciones pero ¿realmente funciona?
Para devolver un poco a la tierra que tanto les dio, una pareja comenzó un proyecto que creció y ahora involucra a los habitantes de Jalmolonga, Estado de México