Muchas recetas llevan en sus ingredientes distintos tipos de harinas que no son sencillas de conseguir o que resultan muy caras como la de almendra, avena, almendras o hasta quinoa. Sí, aunque resulte sorprendente, el trigo, aunque es el más utilizado, ya no es lo único que se refina.

Cada harina tiene un sabor y comportamiento específicos a la hora de usarse. Es importante tener claro qué se quiere lograr con ellas pues si esperamos, por ejemplo, que la almendra leve y esponje, más que un pan bonito se obtendrá una horrible decepción.

Solo un protagonista

Comenzar a usar distintas harinas puede dar buenos resultados y la mejor forma de obtenerlos es experimentar y documentarse un poquito. Algo es seguro, habrán nuevos sabores, texturas y matices que pueden ser los nuevos favoritos.

Podemos dividir las harinas en tres grupos aunque por creatividad no paramos y ya existen muchas más variedades como la harina de grillo que se usa como suplemento en repostería.

Las de cereales como el trigo, avena, centeno, espelta, arroz, cebada, quinoa y muchísimas variedades más, son las más populares y han sido aprovechadas en su mayoría para panadería y repostería.

Con la proliferación de la intolerancia al gluten de los granos se comenzaron a aprovechar distintos tipos de pseudocereales, leguminosas y raíces y aquí aparecen las harinas de garbanzo, yuca, trigo sarraceno o haba.

Pero la cosa no para aquí: semillas y frutos secos también son excelentes fuentes para hacer harina y si no nos crees prueba cocinando con la de almendra que simplemente es maravillosa.

La mejor noticia es que cualquiera que sea el ingrediente, es posible refinarlo en casa para hacer distintos tipos de harinas. Lo que debes hacer es colocar suficiente cantidad en crudo dentro de un muy buen procesador de alimentos hasta que adquiera la consistencia deseada, así de simple.

Eso sí, te recomendamos que con los cereales mejor busques molinos especializados para tener mejores resultados.

tipos de harinas

Tipos de harinas

Centeno

Puede ser que ya la conoces ya que los panes negros están hechos con este cereal Tiene un sabor un poco más amargo y una miga densa, es popular en los países del norte de Europa. El color no siempre es oscuro: la mayoría de las harinas de centeno que se consiguen fácilmente se parecen mucho a la integral de trigo.

Para hacer pan se debe mezclar con trigo pues la concentración de gluten es menor. No te recomendamos hacer pasteles con ella aunque quizás galletas no sea mala idea.

Cebada

Has escuchado de este cereal porque es uno de los ingredientes base para hacer cerveza. Se utiliza para preparar panes integrales, tiene una miga densa y muy poco gluten.

Si quieres hacer pan con esta harina también es importante mezclarla con espelta o trigo para que desarrolle una migaja bonita y aireada.

Avena

La harina de avena es muy sana y se usa para hacer galletas, pan, masa para tartas, crumbles, y hasta para empanizar milanesas.

La avena es un gran alimento lleno de beneficios para la salud, tal vez el más conocido es que nos ayuda a bajar el colesterol, así que vale la pena incorporarla a nuestra dieta.

No es buena para hacer panes si se utiliza sola ya que no tiene gluten y no va a levar. Lo mejor para tener sus beneficios en una hogaza es mezclarla con trigo integral.

Arroz

De los distintos tipos de harinas la de arroz es sin duda súper especial para preparar un sinfín de platillos; ideal para muchas recetas asiáticas e incluso la maravillosa agua de horchata. Para quienes que tienen problemas con el gluten es un sustituto perfecto.

Kamut

Es una variedad de trigo y se puede encontrar como trigo de Jorasán u oriental. Es uno de los cereales más antiguos de la historia y aunque cayó en el olvido un tiempo, ha ido ganando terreno en los últimos años por ser una alternativa con más proteínas y fibra que el trigo común.

Espelta

También es un tipo de trigo, sin embargo, el gluten particular que tiene la hace más difícil de manipular, pero más fácil de digerir.

La espelta tiene una ventaja a la hora de cultivarla: tiene una especie de casco que la protege así que es más resistente a enfermedades y climas extremos, esto resulta en un menor daño al suelo ya que no es fundamental el uso de pesticidas.

Tapioca

También se conoce como harina de yuca y en Latinoamérica es muy popular, sobre todo en los países del sur. No tiene gluten y su sabor es sutil.

Maíz

No podía faltar la harina de maíz, bastante utilizada en México para hacer una gran variedad de preparaciones desde el atole mañanero pasando por los coricos, pemoles, tamales y por supuesto, las tortillas.

Este cereal debe pasar por un proceso de alcalinización también conocido como nixtamal. Una de las funciones es quitar la cascarilla y cocer el grano de modo que el cuerpo humano pueda absorber todos sus nutrientes.

Trigo sarraceno

A pesar del nombre no tiene nada que ver con el trigo, este pseudocereal es popular en Asia, Europa y Norteamérica. No contiene gluten y se utiliza para pastas o panes bajos.

Quinoa

La harina de quinoa es sin duda súper nutritiva ya que es un alimento lleno de proteínas, tiene vitamina B2 la cual ayuda a mejorar el metabolismo de las células cerebrales y promueve la curación de las lesiones de la piel. Además no tiene gluten así que es un aliado ideal para los celíacos.

La pueden usar en vez de la harina tradicional, para hacer panes, panqueques, croquetas, y hasta pasteles.

Frijol

La harina de frijol es una buena fuente de proteína y fibra y nos trae grandes beneficios a la salud.

Garbanzo

En la India la conocen bien y deja una textura y sabor bastante interesantes en muchos platos; es útil para hacer panes ya que complementada con harina de trigo da resultados aromáticos y esponjosos.

Linaza

Entre los tipos de harinas la de linaza es muy útil para quienes buscan incrementar el consumo de fibra en su dieta, tiene hasta el 30% del total de su composición.

Si no está completamente molida se puede incluso añadirla en el yogurt mañanero o en ese licuado o jugo para aportarle fibra extra.

Almendra

Esta es una de las más utilizadas y codiciadas en la repostería pues los aromas que desprende después de horneada son perfectos para complementar con frutas y merengues.

Es el alma de los macarrones y de la famosa Tarta Santiago española; con ella también se elabora frangipane, una mezcla aromática que rellena tartas finas.

Las almendras ayudan a bajar los niveles de colesterol de la sangre y están llenas de vitaminas como la E, que resulta ser un poderoso antioxidante.

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Una receta de pizza sin trigo

Te dejamos una receta hecha con harina de garbanzos para que te animes a experimentar con sabores y texturas nuevas.

Se trata de una base para pizza perfecta para los que no quieren o pueden comer gluten; además es vegetariana, para que no haya pretexto de no hacerla.

Ingredientes

2/3 taza de harina de garbanzos
1/2 taza de agua
1/4 cucharadita de sal

Preparación

Combinar en un recipiente la harina, el agua y la sal, dejar reposar por 30 minutos a temperatura ambiente. Se puede agregar algunas hierbas en la masa como tomillo, orégano o romero.
Aceitar una bandeja para horno y cocinar la masa por 10 minutos a una temperatura media o hasta que endurezca un poco, para un mejor resultado voltear la masa a los 5 minutos para que se cocine bien de ambos lados y quede bien crujiente.
Retirar del horno y poner los ingredientes que más apetezcan para una pizza.
Regresar a hornear para terminar de cocinar.

Tip animal: Con un poco de salsa de tomate, queso, rebanadas de jitomate fresco y hojas de albahaca fresca, tendrás una deliciosa pizza margarita con costra de garbanzo deliciosa, nutritiva y libre de gluten.