Caminas por tu ciudad y de pronto percibes un olor que te abre el apetito. Ahora tienes hambre. Vives en México, el país donde puedes saciar cualquier antojo a prácticamente cualquier hora del día porque sus calles están pobladas de puestos de comida callejera. Tacos, tortas, tamales, hamburguesas, pizzas, alitas, quesadillas, gorditas, sopes, caldos…

Eliges una torta de chilaquiles verdes con crema y cebollita. En cuanto das la primera mordida entiendes por qué la gente está dispuesta a pasar 30 minutos bajo el sol para esperar y comprar esta delicia calórica.

Para los mexicanos, comer en la calle es parte de nuestro ADN. Desde la época de la conquista, los cronistas de la Nueva España documentaron la venta de comida preparada en el Mercado de Tlatelolco y otras regiones del país, explica el cocinero y especialista en cocina mexicana, Yuri de Gortari.

Fray Bernardino de Sahagún, por ejemplo, escribió sobre la venta de comida preparada en la calle y en los mercados, dice el historiador gastronómico Edmundo Escamilla. Sus letras nos hablan de bebidas refrescantes de frutas y panes de la tierra, es decir, los tamales, las gorditas, los peneques, los tlacoyos y otros platillos que seguimos disfrutando hoy en día en nuestras calles.

Para celebrar esta costumbre, W Radio organiza el primer festival de gastronomía de calle México con las Manos, la cual se llevará a cabo el 13, 14 y 15 de mayo en el exrecinto ferial de Metepec, en el Estado de México.

En ella podrás probar delicias callejeras de 13 municipios mexiquenses como Metepec, Toluca, Naucalpan, El Oro, Amecameca y Malinalco –el Estado de México también es organizador del evento- y de estados como Aguascalientes, Jalisco, Sonora, Oaxaca, Hidalgo y otros, y la entrada es gratuita.

¿Por qué será que los mexicanos amamos tanto la comida callejera? “Nos gusta por los alimentos, sí, pero también por el trato, la relación personal que establecemos con la o el marchante. La calle es el lugar propicio para convivir”, dice Yuri. Y para Edmundo, “la comida callejera tiene mucho de magia, de salir a disfrutar”. Y sí, también de nostalgia, de celebración.

Ellos, como amantes y admiradores de la cocina mexicana, están seguros de que una buena comida callejera es aquella que está bien preparada, es sabrosa, limpia y, muy importante, barata. “Porque comer en la calle también es un arte.”

Es inevitable salivar al escuchar sus historias sobre la sopa de migas de Tepito, los machetes de la Guerrero, las tortas de chilaquiles de la Condesa, los tamales frente al Superama de Michoacán también en la Condesa, las gorditas de San Luis Potosí, las quesadillas fritas de chicharrón seco que Yuri comía cuando era niño, los algodones de azúcar “mitad dulce y mitad sueño” que Edmundo compraba cuando iba a las ferias de pequeño…

Prepara la barriga para ese fin de semana porque podrás disfrutar más de 200 platillos callejeros, entre ellos los montados de asado de Chihuahua, el cebiche de carne seca y pan de pulque de Coahuila, las gorditas y los pastes de insectos de Hidalgo, los uchepos, gazpachos morelianos y gorditas de quelites de Michoacán, el mole verde, negro y colorado de Oaxaca, las quesadillas de maíz azul y las gorditas de Pátzcuaro, las gorditas ferrocarrileras de San Luis Potosí, el café de maíz y los bocoles de quelites de Veracruz, las marquesitas de Yucatán y el asado de boda de Zacatecas.

Horarios: de las 13:00 a las 24:00 horas.

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