
Fresco, saludable y bastante accesible. Sí, estamos hablando del requesón. Aunque nos encanta para rellenar gorditas, acompañar una buena queca o ponerlo arriba de un tlacoyo, hay muchas más maneras de usarlo de las que crees. Para que tomes inspiración, te pasamos unas recetas.

Aunque nos encanta para rellenar gorditas, acompañar una buena quesadilla o coronar un tlacoyo, hay muchas maneras distintas de utilizar el requesón.
Esta maravilla es un lácteo que se produce a partir de la fermentación del suero que queda después de producir queso y se recomienda consumir fresco porque se descompone muy rápido.
La Fundación Española de la Nutrición explica que en su origen, el suero con el que se elaboraba el requesón era de leche de cabra u oveja, pero actualmente se produce a partir de la leche de vaca.
Además de rico, el requesón es una excelente fuente de proteínas: ¡contiene cuatro veces más que la leche!
Otra buena noticia: el contenido graso del requesón es menor que el de la mayoría de los quesos, ya que solo aporta 4 gramos de grasa por cada 100 gramos de producto.
Para que tomes inspiración y lo utilices en otros platos te pasamos unas recetas.
Para la base
Para el relleno
Para la cobertura
Para la base
Para el relleno
Para las crepas
Para el relleno
Para la salsa verde
Para la pasta
Para la salsa
