
¡Es momento de conocer y aprovechar el increíble sabor de las alcachofas! Hoja por hoja, son un vegetal delicioso y nutritivo que se puede consumir de muchas maneras. Te platicamos sus beneficios y te damos cuatro ideas para disfrutarlas.

¡Es momento de conocer y aprovechar el increíble sabor de las alcachofas! Hoja por hoja, son un vegetal delicioso y nutritivo que se puede consumir de muchas maneras. Te platicamos sus beneficios y te damos cuatro ideas para disfrutarlas.
Existe una producción de aproximadamente dos mil toneladas anuales en México. Los principales estados donde la cultivan son Michoacán, Guanajuato y Puebla. Es una planta capaz de adaptarse a suelos difíciles y su cultivo es más fácil en climas fríos.
Aunque su forma es muy similar a la de un maguey pequeño, no tiene nada que ver con esta especie; se cree que son originarias del sur de Europa y el norte de África.
Lo más valioso de una alcachofa es el corazón, aunque no te vayas con la finta. La base de las hojas tiene un sabor excelente y toda la planta se puede utilizar para hacer fondos de cocción.
Se debe cosechar antes de estar madura si es para usos gastronómicos; de otra forma se abrirá completa, saldrá una flor morada y el sabor no será tan bueno.
Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, varios suplementos “milagrosos” han surgido para la pérdida de peso. Lo que te recomendamos es que la consumas al natural pues algunos no están regulados.
El contenido de agua de una alcachofa es del 85% de su composición total; también es rica en carbohidratos, tanto simples como complejos.
Tiene un bajo contenido calórico y alto contenido de fibra, es rica también en complejo B -especialmente B1 y B3-. Tiene minerales como calcio, zinc, sodio, potasio y fósforo.
El fondo resultante de hervirlas es una muy buena infusión para limpiar los órganos, específicamente los riñones y el hígado. También se emplea para tratar la anemia, gota, diabetes y reumatismo.
Olvídate del manual de Carreño que las alcachofas se disfrutan más al comerlas con las manos. A reserva de que te sirvan sólo los corazones, el placer es instantáneo desde que empiezas a deshojarla.
Las hojas no se comen completas, lo aprovechable está en la parte inferior. En cuanto termines, llegaste a lo mejor: el corazón.
Es muy común encontrar alcachofas a los cuatro quesos, con salsa de tomate o incluso pesto. Aquí lo que importa es que cada hoja se complemente con el acompañamiento que elegiste.
Hay platillos que ya traen la alcachofa deshojada o con los corazones listos para comerse. Aprovecha que ya hicieron el trabajo sucio por ti.
