
Hay enchiladas para todos los gustos, y es que es un plato apapachador y versátil que puedes preparar muy fácil con esta receta de rojas, verdes y suizas.
Ay, la comida mexicana, tan versátil, complaciente y apapachadora. Tanto así que hay enchiladas para todos los gustos y la receta básica es facilísima. Ya sea con salsa de jitomate, de tomatillo o la versión más cremosa con queso y leche, ya tienes una idea para preparar a la hora de la cena.
A diferencia de otras preparaciones -como las de suelo en Sinaloa, las mineras del Bajío o las potosinas– las enchiladas tradicionales se preparan con tortillas pasadas por aceite o manteca que se rellenan de queso, pollo o básicamente cualquier cosa.
Se bañan en salsa para ser decoradas por cebollita, crema ácida, lechuga y queso rallado o gratinado. Son un pedacito del cielo en el plato: son tan completas que podríamos comerlas diario y mantenernos sanos.
Preparar cualquier receta de enchiladas es realmente sencillo aunque tienen algunos trucos para hacerlas de campeonato.
El primer secreto es el relleno, que debe estar bien sazonado para que brille con luz propia.
Otra cosa que no debes perder de vista es la salsa: es el alma de todo buen guiso mexicano. Cuida que no se sobrecuezan los tomates verdes si es que se necesitan para que no aporten tonos amargos y también ojo con la cantidad de chile.
Recuerda que al final, el mejor resultado será el que más te guste.
Cuida la calidad y temperatura de las tortillas. Si decides rellenarlas estando frías se van a romper, por eso se pasan antes por aceite. Si te parece gordura innecesaria, caliéntalas en un comal y asegúrate de que estén por lo menos tibias.
Para la salsa
Para la guarnición
Para la salsa
Para la guarnición
Para la salsa
Para la guarnición