
Las papas a la francesa son una de las botanas más populares alrededor del mundo. Son perfectas… crujientes por fuera y suaves por dentro.
Las papas a la francesa son una de las botanas más populares alrededor del mundo. Son perfectas… crujientes por fuera y suaves por dentro. Existen mundos de posibilidades y formas de enchularlas para que queden espectaculares.
Si eres de los arriesgados que gusta de combinar alimentos dulces y salados, el helado de vainilla es una excelente acompañante. Si prefieres algo más “normalito” siempre existe la posibilidad de explorar el mundo de quesos, carnes frías y hasta boneless.
Durante el siglo XVIII, una familia belga de pocos recursos se dedicó a la venta de pescado frito durante mucho tiempo, con la llegada del frío y las nevadas de 1986, el río Mosa se congeló, por lo que tuvieron que buscar una vía que les permitiera generar dinero. Lo que hicieron fue comercializar bastones de papas en lugar del pescado frito.
Las papas a la francesa son uno de los platillos típicos de Bélgica, tanto que tienen hasta su propio museo: el Friet Museum de Brujas. ¿Qué las hace especiales? Se fríen dos veces, por lo que su textura las hace diferentes, crujientes por fuera y cremosas y suaves por dentro. Van a acompañadas de mayonesa, mostaza o aderezos y dips como el de chipotle o especias.
Por otra parte, hay una historia donde se le atribuye a Francia su invento y se cuenta que la primera vez que se vendieron papas a la francesa fue en el puente más antiguo de Francia, el Pont-Neuf en el siglo XVIII.
Las papas denominadas pont-neuf se caracterizan por estar cortadas en forma de bastones entre 6 y 7 centímetros de largo por un centímetro y sin piel, por otra parte, también existen las mignonnettes o las allumettes las cuales son mucho más finas.
Para las papas
Para los boneless
Para los boneless
Para la salsa
Para las papas