La crisis sanitaria planteó una serie de nuevos protocolos para visitar los restaurantes y tener una experiencia placentera pero a la vez segura. Cuándo dejarse el cubrebocas, en qué momento quitárselo, cómo interactuar con lo meseros…

Lo primero que debes tener presente es que la llamada nueva normalidad es novedosa para todos, desde el equipo de servicio, los cocineros hasta los comensales y todos aquellos eslabones de la cadena de valor gastronómica. Dicho esto, el primer tip es: hay que ser paciente y empático.

Exige tu seguridad pero también respeta el espacio de trabajo de otros. Están para servirte y lo más importante es la salud de todos.

Los efectos personales

Como medida obligatoria -e incluso ajena a cualquier establecimiento al que entres- está el uso de cubrebocas. Manéjalo con cuidado para que no se contamine ni contamine.

Desde que accedas al restaurante hasta que llegue tu comida déjalo puesto. Esto te protegerá en caso de que haya poca distancia con otras personas.
Lleva contigo una bolsita donde puedas guardarlo mientras comes. No lo pongas sobre la mesa y procura no tocar su superficie con tus manos.
Procura traerlo puesto cuando te dirijas a los meseros. Sí, es una monserga estar quitando y poniendo pero es lo mejor para minimizar los riesgos de contagio.

Quizás ya tienes la costumbre de cargar con gel antibacterial o toallitas húmedas; recomendamos utilizarlas después del lavado de manos cuando llegues al restaurante.

El equipo de servicio del restaurante tiene la obligación de limpiar y desinfectar tu mesa antes de que te sientes, así como respaldos de sillas y percheros. No hace falta que lo hagas tú y debes reportarlo si no sucede de tal forma.
Acorde con el estilo del lugar existirán más o menos medidas para hacerte sentir seguro. Todas son a tu favor así que sigue las instrucciones con paciencia y cuidado.

El servicio

Es muy probable que el protocolo de servicio al que estamos acostumbrados -específicamente al visitar restaurantes de alta gastronomía- cambie completamente. Ahí te van algunas cosas que se necesitan por parte del comensal para que todo fluya y todos estemos seguros:

La mesa se pone en el momento que llegues, no antes. No debe haber nada en la superficie para que puedan limpiar bien antes de que te sientes.
Es importante hablar con el mesero a una distancia suficiente para asegurarse ambos: un metro por lo menos.
Procura facilitarle el trabajo al equipo de servicio para que exista el menor contacto físico posible. Correcto, hace unos meses esto era impensable pero es momento de hacer equipo entre todos.
Cuando termines de comer, te recomendamos acomodar los cubiertos de forma que no se caigan del plato para que el mesero pueda recoger de forma más rápida.
Si sientes que el servicio es más invasivo de lo que necesitas está bien decirlo siempre y cuando sea desde un lugar respetuoso: recuerda que el mesero también está aprendiendo a trabajar con distancia.

La comida y su seguridad

Ya había muchas normas de manejo higiénico de alimentos y en cuestiones gastronómicas no hay mucho de qué preocuparse porque no es una vía de contagio de COVID-19.

Sin embargo, nunca está de más saber algunos detalles para hacer más placentera tu estancia y más sostenible el trabajo de los restaurantes.

Procura visitar lugares donde la comida no esté expuesta, es decir: deja los buffets para otro momento.
No aceptes un plato que veas que se toca en la superficie -donde se pone la comida- con los dedos.
Ahora es mucho más común el uso de capelos, campanas y acrílicos que protegen la comida desde la cocina hasta la mesa. ¡Buenas noticias! También la mantendrá calientita y en perfecto estado.
Si tienes la oportunidad de pedir mesa en la terraza ¡Hazlo! El aire libre es menos propenso a la concentración del virus y visitar restaurantes será aún más placentero.
Recuerda, estornudo de etiqueta con la parte interna del codo, igual que al toser.