
La cantante Tania Libertad habla de la comida que le conmueve y de aquellas amistades que surgieron de una comida y cuyas sobremesas se prolongan hasta la madrugada…
Mi relación con la cocina tiene mucho de magia. Cuando llegué a México, en 1980, era la primera vez que salía del Perú sola, y el no tener trabajo ni amigos, me produjo una profunda soledad y depresión.
Después de llorar un mes seguido, decidí que la única forma de salir de esa situación era acercarme a mis sabores, a mis olores, y lo primero que hice fue visitar los mercados. Quedé fascinada.
El problema era que yo no sabía cocinar por lo que tuve que recurrir a mi memoria para recordar a que sabía lo que yo quería preparar, y luego, empezar a inventar ya que no encontraba ciertos ingredientes que solo se dan en el Perú.
Y así fui experimentando cada día con un platillo diferente. Fue así como aprendí a cocinar una comida que siendo peruana es diferente a la que se come allá. Pienso ahora que muchas de las amistades que tengo están basadas en el placer que les produce estar sentados en mi mesa, comiendo lo que yo con tanto cariño les preparo, y en las sabrosas sobremesas que a veces se prolongan hasta la madrugada del día siguiente.
Así agradece:
Por Tania Libertad