
Lograr un buen gravy no tiene mayor grado de dificultad, pero hay detallitos que pueden hacer la diferencia a la hora de prepararlo.
Cuando se trata de hacer salsas para bañar las carnes, nos imaginamos ese gravy terso, lleno de sabor y de textura untuosa que resalta el sabor del plato. El problema surge cuando sabe demasiado a harina o fécula de maíz o cuando es opaco y nada apetecible.
Lograr un buen gravy no tiene mayor grado de dificultad, pero hay detallitos que pueden ser muy significativos a la hora de prepararlo.
Otro tip: los fondos son de preparación muy larga y quizás es tiempo que no tienes contemplado. En tiendas especializadas de cocina venden opciones buenas en polvo e incluso algunos supermercados venden salsa etiquetada como demi-glace que sustituye al caldo de res.
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