

El cobre es muy preciado para cocinar y por eso es importante saber cómo curar los utensilios hechos con este material, ya que es muy importante conservar todas sus propiedades y belleza estética, además de mantenerlo libre de óxidos que pueden dar mal sabor a la comida.
Específicamente, en el caso de los utensilios que serán usados para la cocción y entrar en contacto con los alimentos, debes seguir ciertos pasos a fin de que la suciedad que pudiera resultar del taller, depósito o transporte no altere la inocuidad de los alimentos.
Si llegas a omitir este proceso puedes encontrarte con que tu cazo pega la comida, no da un buen sabor o se deteriora muy rápido.

El primer paso es curar la pieza de cobre. Es un proceso indispensable, laborioso pero muy sencillo:

Las próximas limpiezas no deberán ser tan profundas, ya que la propiedad antiadherente y antiséptica del metal hace que su lavado sea fácil y práctico.
Aun así, el cobre requiere un mínimo mantenimiento y limpieza regular para evitar que se acumulen sobre él oxidaciones verdosas y/o opacidad.

¿Te gusta exhibir tus utensilios de cobre en las paredes o sin protección contra el medio ambiente? Tal vez esa sea la razón por la que adquieren opacidad, así como manchas verdosas y azuladas.
Este óxido se forma en situaciones de humedad, contacto con el medio ambiente en climas húmedos, en especial cuando se han limpiado con alguna sustancia, luego de haber cocido ciertos alimentos y una limpieza y secado deficientes.
Pero no te preocupes. Eliminar las manchas de óxido es relativamente sencillo y hay muchas recetas para contrarrestarlo.
En este caso, si no tienes limón a la mano, lo puedes reemplazar con vinagre, preferentemente de vino o manzana. Y si quieres conocer los beneficios de cocinar con cobre, para por aquí.